Eau de Parfum Kotor

Hazelnut Bay

La llegada a Kotor es como un secreto ofrecido. Aparece, más mágico que nunca, al caer la noche, mientras sus murallas iluminadas reflejan un halo dorado de esencia de miel, madera de ámbar, avellana, azafrán, caramelo y vainilla de Madagascar en la bahía. Desde el mar Adriático, tejido entre las cumbres de Montenegro, Kotor es el punto final, el telón de fondo definitivo. Flor eterna. A la orilla del agua y en la ladera de la montaña, eslava y mediterránea a la vez, entre rosa y haba tonka, ruibarbo y jazmín, oud y tomillo, está allí, habitada por las edades y la dulce forma de vida. Kotor brilla, Kotor destella con luz. Sus pequeñas calles, plazas y palacios adornados con alfombras kilim; un reino de mirra, cedro y sándalo. Desde sus alturas, una vista ininterrumpida sobre las rocas irregulares y los istmos; Un jardín colgante de clavo, mate y pachulí. Y así cae la noche de nuevo, para un nuevo sueño de almizcle y cuero ante la bahía.