La flor es la musa suprema de los perfumistas, su heroína, su sueño más salvaje hecho realidad en infinitas variaciones. Su singular belleza, plenamente contenida en la intrincada estructura de un pétalo, la curva de una corola, el alegre color de los matices, la imponente presencia del pistilo, nos transporta a las codiciadas y vertiginosas alturas de su rica y delicada fragancia. Memo Paris dedica una colección completa a la flor y, al igual que el polen que contiene, se deja llevar por el viento y una profusión de deseos creativos.