Eau de Parfum Zante

Citrus plunge

Con suerte, al llegar desde el mar Jónico, podrá vislumbrar la playa de Navagio, a la sombra de un acantilado elegantemente extenso y lánguido. Bajo el eterno hechizo de esta isla griega, su majestuosa roca se baña en el esplendor turquesa de las aguas de Zante. A medida que sus profundidades se unen, como viejos amigos que se reencuentran, el azul intenso adquiere un tono lavanda. En el cielo, el sol es pleno y acogedor como una bergamota. Una nube almizclada flota, templando el fuego de la mandarina. Se siente deliciosa en la piel. Las diosas vigilan desde las alturas rocosas, aromáticas como el romero, florales como el neroli, verdes como el pachulí. Mientras tanto, la silueta animal de un barco ocupa un lugar privilegiado en tierra: es la encarnación del tiempo, como un recuerdo de Ambrox, ese componente del ámbar gris que también una vez llegó a la arena, ese antiguo tesoro de un mamífero marino. Esta es una isla eterna para una fragancia de solsticio. Zante.