Eau de Parfum Abu Dhabi

Enchanted Date

Del tranquilo equilibrio entre el mar y el desierto, emerge una fragancia, fruto de encuentros gozosos. Es la fruta en su sentido más puro. Un precioso dátil madura, sublime, azucarado y suculento. Luego llega la ciruela, con su calidez salada, que transporta la suave ondulación de la duna y la marea. Su nombre se ve bruñido por las arenas de Al Wathba, junto al Golfo Pérsico, tan redondeado como el paisaje del Parque Nacional de los Manglares. En el aire del atardecer, saluda al ámbar y al azafrán reflejados en un coloso de cristal que brilla en la superficie del agua. ¿Será la visión onírica de un frasco de fragancia emergiendo allí? Abu Dabi: su nombre oscila en dos tiempos, meciéndose al compás de las hojas de palmera en el oasis de Al Ain, donde también es recibido por la frescura aromática del cardamomo y la plenitud amaderada del vetiver. ¿Cuál es el secreto de su metrónomo interior? Consagrada al presente dinámico pero tejida con eternidad, es similar a Al Sadu, la tela tradicional emiratí hecha a mano, cuyos motivos se animan con innumerables historias compartidas. Resulta apropiado que el estampado de Al Sadu envuelva el frasco de la fragancia Abu Dhabi. De hecho, este fue el que resplandeció en la bahía.