En el corazón de París, Memo Paris redescubre un barrio mítico que siempre sorprende. Para ello, ingredientes que nos encanta encontrar, como la rosa, el pachulí y el haba tonka, se avivan con un fuego creativo, gracias al resplandor del ámbar, avivado por el dátil confitado y el sándalo. Una nueva luz los ilumina: la del escenario del teatro que también lleva su nombre. Odéon, donde se aplaude la interpretación de cada nota y acorde de la composición, o la que se refleja, al atardecer, en los techos de zinc del barrio, elegidos como motivos para la Odéon ¿Frasco? Ambos, con elegancia.