
Guillermo Bonn
Si se le pregunta, la respuesta del fotógrafo y cineasta Guillaume Bonn sobre por qué hace lo que hace es desarmadoramente simple: ‘Solo soy un narrador de historias.’
Sin embargo, aunque todos, de alguna manera, contamos historias, el tipo de historias que Bonn se siente obligado a contar es el tipo que ‘el mundo’, como él dice, ‘está dejando de lado’ - ya sea ayudando a romper las crisis de Darfur en el New York Times, exponiendo el abuso sexual sufrido por niños en la República Democrática del Congo a manos de los cascos azules de la ONU, o arriesgando su vida para descubrir las maquinaciones del comercio de marfil en África. Sean urgentes o silenciosas, Guillaume Bonn cuenta historias que el mundo tiene miedo de escuchar. Plantean preguntas reales y, como tal, exigen respuestas reales.
Crucialmente, el trabajo de Bonn - ya sea fotografiando una boda real en Jodhpur, una pieza de graffiti de Je suis Charlie, un pueblo devastado por las actividades del Ejército de Resistencia del Señor, o una modelo en la pasarela parisina - está informado, moldeado e inspirado por su relación con África. Así como el lugar de su infancia, y por lo tanto de todos sus sueños pasados, sus recuerdos y su olvido, es donde ha ganado y perdido todo, la belleza y la fealdad de la África que ha conocido reflejada en una vida que ha visto el mundo tal como es en realidad. Bonn ama esta África, con urgencia, reflexión y sin titubeos. Está presente en o detrás de o delante de cada fotografía que toma, imágenes de un cuidado incesante, del ser humano y su entorno, de una vida que exige un cambio inmediato.
Vive en París, Londres y Nairobi, y actualmente está trabajando en dos libros, uno con Jon Lee Anderson de The New Yorker.